martes, 31 de marzo de 2009

Días de abril

Fue un espejismo. Creí ver a la primavera pero se esfumó. Se desvaneció entre el viento gélido que nos visita con frecuencia y nos recuerda dónde estamos.
Mientras cocino unas lentejas y degusto un té rojo bien cargadito, noto que mi mente empieza a acelerarse y a recrear historias que quizás sean ciertas o tal vez no. A mí me gustaría pensar que si pero...
Miro el calendario de pared y me percato de que ya hay que cambiar la hoja. Ya casi estamos en el mes de abril. ¡Abril! El de las aguas mil. El de las setas, el del polen y sus ataques indiscriminados a los pobres alérgicos que, como yo, sufrimos (no en silencio porque los estornudos nos delatan) cada año por estas fechas. Ojeo el mes entero por eso de ver los días que hay que currar (ya me vale, como me gusta flagelarme) y veo algo que no encaja, algo que llama mi atención. Yo juraría que abril tiene treinta días. Pues el calendario de mi cocina sólo marca veintinueve. Cuento los días de uno en uno y sólo me salen veintinueve. ¿Será que algún día se me ha caído a la cazuela de las lentejas y no me he dado cuenta? Miro el resto de calendarios de la casa y compruebo que todos son idénticos, todos tienen veintinueve días.
Sin salir de mi asombro y tras el último sorbo de té, caigo en la cuenta de que falta un día en concreto. Falta el veintitrés. Tras el hallazgo, respiro profundamente y veo que mi sueño se ha cumplido. Qué me perdone San Jorge pero es que a mí me gusta más el mes de abril así.
¿Será por el aroma que desprenden las lentejas, por el té cargadito o por el “valium” que me han inyectado para combatir mi dolor de espalda? Da igual, me gusta más así.

viernes, 20 de marzo de 2009

Soñar es gratis

Dicen que hoy comienza la primavera. Yo me alegro en parte porque con mi alergia al polen no la tengo mucho que agradecer. Bueno si, esas setas que esta estación me proporciona.
Leo atónito en un periódico digital que un grupo de profesores de la Universidad de Burgos (UBU) va a presentar un proyecto de metro para Burgos.
JA! (perdón). Si, si. Ustedes han leído bien. Un nuevo medio de transporte, llamado MetroBur, para terminar, de una vez por todas, con los graves problemas de comunicación de la ciudad.
Si hoy fuera 28 de diciembre seguro que habrían conseguido sonsacarme una sonrisa pero, como no es así, lo que me han dejado es bastante preocupado.
Pero si en esta ciudad los políticos de turno se ven mal para establecer unas líneas de autobús que recorran toda la ciudad, o habilitar la ruta para unir el centro de la ciudad con esa estación de trenes que nos colocaron bien lejos, dónde ya se habla euskera, ya me dirán que van a hacer cuando tengan este nuevo proyecto entre manos.
Pero si en esta ciudad prefirieron desviar las vías del ferrocarril unos metros por no soterrarlas, si las grandes obras públicas duran una eternidad, si la mayor parte de los proyectos (los buenos) no se hacen por falta de presupuesto o de ganas, ya me dirán que va a pasar con esta ¿inocentada?
¿Se imaginan en un futuro a alguien que quiera ir desde las Huelgas a la nueva estación del tren? Seguro que desde de su casa, junto al monasterio, bajará por unas escaleras mecánicas, recorrerá varios túneles hasta llegar al andén. Allí, con eco, escuchará una voz que anuncia: “el tren con destino a Capiscol está entrando en la estación”. Entre empujones (imaginemos que es hora punta) conseguirá acceder al vagón y, con mucha suerte, se sentará. Tras varias paradas se oirá de nuevo a esa voz diciendo: “próxima estación Capiscol. Correspondencia con líneas tres y cuatro.” Nuestro viajero (del futuro que estamos imaginando) se apeará de ese vagón para recorrer de nuevo varios túneles que le llevarán hasta la línea cuatro, esa que va hasta le estación de RENFE “Rosa de Lima”. Y todo este viaje en menos de diez minutos.
¡Ay! Menos mal que soñar es gratis.

martes, 17 de marzo de 2009

Sirva un breve relato

Ya se dejan oír los cantos de los pájaros. Brilla el Sol. Bueno yo diría deslumbra el Sol porque aun no nos hemos acostumbrado a tanta luz. Hace calor y eso los huesos lo agradecen.
Hay días, incluso semanas, en que la imaginación parece que se va de vacaciones. Se aleja y, por mucho que intentes escurrir tu cerebro, no sale nada que se pueda plasmar en un escrito.
Sólo he sido capaz de plasmar un breve relato empujado por un concurso que escucho en la emisora de radio que me lleva acompañando toda mi vida. Ellos ponen las normas. Una frase obligatoria para comenzar el argumento y no sobrepasar las cien palabras. He aquí el mío.
Nos revolvía el pelo con cara de contento. Nunca llegamos a entender el por qué de aquella costumbre que siempre se repetía a la hora de las comidas. Nos enredaba el pelo, nos decía cosas bonitas y nos servía nuestra ración.
Mis hermanos y yo lo llegamos a querer no por el cariño que nos demostraba desde que nos acogió en su casa a raíz de perder a nuestra madre, sino porque aquellas caricias en el pelo significaban que se acercaba la hora de comer.
Él nunca nos pidió nada a cambio. Se conformaba con un simple ladrido de agradecimiento.

Como se suele decir, a falta de pan... buenas son tortas. Pues sirva este breve relato para disimular esta sequía de imaginación por la que estoy pasando.

sábado, 14 de marzo de 2009

Roto por dentro

Parece ser que la primavera ha llegado y para quedarse por lo menos tres meses. Por mi parte se podía quedar más. Parece que es ahora cuando todo resurge y es como volver a nacer.
Estoy escuchando el último trabajo de M-clan, memorias de un espantapájaros, y me llegan todo tipo de mensajes. Desde ideas futuristas, mundos echados a perder, calles ardiendo, hasta hacerme sentir roto por dentro. Así se titula uno de sus temas. Roto por dentro. Es duro pero en demasiadas ocasiones me siento así. ¿Vosotros también?
Pero el caso es que no puedo dejar de escucharlo. Es genial. Describe a la perfección como me siento y que salida quiero buscar. ¿Salida? Ah! Eso que todos ansiamos y tan difícil es de encontrar. Bueno, yo, al menos, durante estos días en los que parece que todo resurge (hasta mi alergia al polen) creo ver una vía de escape. Es tiempo de renovarse. Limpias los cristales de todas las ventanas de casa, compras ropa nueva o, simplemente, te pones esas prendas que estaban guardadas en el armario a la espera de que el Sol volviera a visitarnos. Dedicas tiempo a las plantas (el resto del año no existen), y ves a los demás con otra cara. Todo cambia o, ¿todo nace?
Todo resurge en primavera y todo parece perfecto y nuevo. Una salida, sin embargo, efímera. Dura demasiado poco. El tiempo transcurre demasiado rápido. Corre más que yo. En esa carrera tengo las de perder.
El círculo sigue avanzando y se vuelve a cerrar para volver a abrirse mañana. ¿Y yo?
Yo voy detrás, sin aliento. Volveré a estar roto por dentro.

miércoles, 4 de marzo de 2009

No hay quien nos cure

Dicen que estamos amenazados por la nieve y el mal tiempo pero miro al cielo y veo el sol. Será que el sueño deforma mi realidad. Será que estamos en marzo y toca ser así.
Lo dice el ministro Bernat Soria pero es algo que se palpa se nota y, en ocasiones, se sufre por nosotros: los eternos pacientes.
El señor Soria se basa en el informe Oferta y necesidad de especialistas médicos en España (2008-2025). Según se desprende, en el año 2025 serán necesarios en nuestro país 25.000 facultativos y que, en la actualidad, necesitaríamos 3.200 médicos más para que el sistema sanitario funcionase con normalidad.
Quiero pensar que se trata de un estudio serio y que pone de relieve una grave situación en lo que a nuestra salud se refiere. De momento, y para ir tirando, se están homologando títulos a profesionales extranjeros (cuidado, yo no critico su profesionalidad) pero sigue siendo una medida insuficiente.
Propone el ministro de turno aumentar el número de plazas en las facultades de medicina para atajar el grave problema que se nos viene encima.
Aquí es dónde me asaltan las dudas y me hierve la sangre. Si son necesarios más profesionales de la medicina, no estaría demás crear alguna facultad nueva ¿verdad?
Si no recuerdo mal, no hace mucho, se pidió una para la Universidad de Burgos. Recuerdo algunos comentarios en programas de radio locales y en la prensa local exaltando lo beneficioso que resultaría para esta pobre tierra la presencia de ese centro formador de futuros doctores.
Y aquí viene la parte mala de la historia. En cada sueño, en cada cuento siempre hay “un malo” que todo lo destroza y que acaba con todas las expectativas de muchos o de todos. Apareció la Junta de CyL y dijo: NOOOOOOO.
Ya hay suficientes facultades de medicina, argumentaron, por lo que se deniega dicha posibilidad. Nuestro gozo en un pozo y España sin médicos.
Así es “el malo” que nos toca sufrir aunque no lo deseemos. Muy inteligente en sus cálculos. Se ve que en esta mal llamada comunidad autónoma se anda más que sobrados de profesionales. Claro que si. No hay más que darse una vuelta por algún hospital o centro sanitario para darse cuenta de que andan muy holgados.
Yo dejo la pregunta en el aire. ¿Se denegó porque se trataba de Burgos?
Ya nada me extraña.
¡Salud!