viernes, 17 de abril de 2009

Los chupasangres

Un tímido sol se asoma entre los negros nubarrones. A pesar de que la primavera vino a ocupar su lugar, el invierno se resiste a abandonar el trono.
Otro golpe más. Y ya no se cuantos llevamos. He perdido la cuenta, no por falta de memoria (siempre se puede mirar atrás y hacer recuento) sino por cansancio.
Nunca he escondido mi desacuerdo (quizás algo más que desacuerdo) con esta imitación de región en la que se nos obligó a entrar hace más de 25 años. Nunca me he sentido parte integrante pero, lo que están haciendo, sólo va a acrecentar mi forma de pensar.
Son muchas cosas, como digo, las que se nos están robando pero, lo más valioso que yo tengo eso si que no se lo llevan. Soy donante de sangre desde hace bastante tiempo. Estoy muy orgulloso de serlo. Saber que estoy ayudando a alguien, aunque sea un desconocido, me produce un sentimiento de satisfacción que no tiene precio.
Pero ya no donaré más.
Siempre he donado de forma desinteresada, sin importarme a qué lugar llevan mi sangre pero siempre sabiendo que se analizaba en mi tierra, en uno de los centros de donantes más capacitado y más preparado y dando trabajo a un buen grupo de profesionales. Claro, pero este centro tiene un pequeño fallo: no está en Valladolid y eso lo convierte en no apto. ¿Cómo no habíamos caído antes en la cuenta?
Los chupasangres nos salen ahora con que es mejor que esté en aquella ciudad y que los demás sigamos donando como si no pasase nada. Otro robo más de tantos.
Insisto en que no donaré más mi sangre si se sigue en esta idea de centralizar todo lo bueno en el mismo sitio, y ya sabemos todos a qué sitio me refiero.
No acepto ni aceptaré nunca que se nos imponga desde fuera lo que debemos y no debemos tener. No dejaré que nos chupen la sangre hasta anularnos.
Ya ni siquiera me permiten sentir esa satisfacción de poder ayudar. Se que podría seguir dando mi sangre de forma desinteresada pero mi orgullo me lo impide.
Ya no donaré más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario