miércoles, 6 de mayo de 2009

El cambio

De repente un fogonazo de calor ha invadido mi vida. Así, sin avisar. Parece que ahora esto de ser primavera si es un poco más serio. ¿Durará?
Muchos saben del cariño que siento por una tierra llamada Euskadi. Desde que era bien pequeñito he pasado allí muchos veranos. Claro, allí hay playas y en Burgos no. Todavía recuerdo esa sensación de coronar un pequeño monte y ver la inmensidad del océano frente a mí. Recuerdo olores característicos que sólo se pueden apreciar en las zonas costeras del Norte. Eran olores nuevos. Una mezcla del olor a mar con eucalipto y cientos de plantas más. Euskadi es un vergel.
Después elegí realizar mis estudios universitarios allí. Cinco años de mi vida que jamás olvidaré. ¡Qué gente tan estupenda encontré! ¡Qué forma de comer, de beber…, de vivir! Nunca encontré problemas. Aun sigo volviendo cuando el tiempo me lo permite. Ya no concibo mi vida sin visitar aquella tierra, al menos, una vez al año. Pero tampoco entiendo que haya gente que no conozca Euskadi y que se niegue a hacerlo. Entiendo el grave problema que tienen los vascos (y el resto de españoles) con unos cuantos desalmados que dicen luchar por no se que ideario. Eso no es excusa para meter a todos en el mismo carro y negarse a visitar un lugar realmente hermoso.
Ahora ha habido un cambio histórico en Euskadi. Después de treinta años de gobiernos nacionalistas ha tomado las riendas una persona, Patxi López, que ve la realidad vasca desde otra perspectiva. De una forma más abierta al mundo y a la realidad.
Este cambio deja entrever un futuro nuevo y con aire freso y respirable. Ahora ya no hay excusa para no acercarse hasta allí.

2 comentarios:

  1. Eso de que subes al monte Igueldo y ves el océano me ha llegado al alma. Creí que estaba el Mar Cantábrico... (Otra opción es que tengas supervisión y na' más girar a la izquierda...)

    Envidia sana por una comunidad que nos saca no se cuántos cuerpos de ventaja en todo, innovación, tecnología, cultura, desarrollo...

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  2. No bipolar no me refiero al monte Igueldo, ni siquiera me refiero a San Sebastián. Mis recuerdo están en Vizcaya, en una localidad llamada Gorliz.
    ¿Envidia sana? Pues si, una poca. Nos lleva años luz de ventaja en todo y, mientras nosotros estemos gobernados desde Pucela, no ppoderemos ni soñar con crecer siquiera un poquito.
    Ah! llevas razón con lo de océnano. Mis disculpas

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